14 de abril
Hoy es mi día y el de todos los hombres y mujeres que creen en la libertad, la igualdad y la fraternidad
Manuel Vázquez de la Cruz
Hoy 14 de abril. Hace muchos años fue un día grande. Hoy es mi día, y el de todos los hombres y mujeres que creen en la libertad, la igualdad y la fraternidad. Son malos los tiempos. El mundo en algunos lugares parece un manicomio. Quizás sea peor que eso. Todo se parece a algo muy pasado. Eso que creíamos que no se repetiría jamás.
Yo si vuelvo al horrendo pasado y publico la carta de Sor Pilar, de mi querida amiga monja de las blanquitas, que cuenta cómo fue y cómo lo vivió su familia. Quizás, mi querida sor, ya esté en el cielo a donde van todas las monjitas buenas. En mi memoria y en mi cariño estará siempre.
Deseando que nadie, ni monja, ni mujer sin hábitos, ni cura, ni seglar, tenga que escribir jamás una carta parecida. Sintiendo que Trump, Abascal y también Feijóo sólo sean lo que parecen: unos farsantes de una ópera bufa.
Y por supuesto: Salud y República.
Manuel Vázquez de la Cruz
CARTA A SU PADRE, CARABINERO, ASESINADO EN LA ALAMEDA DE TUI
Escrita por mi amiga Sor Pilar.
Tui. Amanecer del 16 de septiembre de 1936. El desayuno llegó tarde. Ya no lo necesitabas. La posible orden del General Mola de que os mandasen al frente no se cumplió. Acabaron contigo y con los compañeros. La noticia la recibió mamá al llegar a la puerta del "seminario-cárcel".
Volvió destrozada. No te veríamos más con vida. No recibiríamos más mensajes escritos en pedacitos de papel y escondidos en restos de pan...
La mayor nos llevó a los tres pequeños al cementerio para decirte adiós. Nos acompañaron por distintas casetas hasta que dimos con tu cadáver. Estabas sereno, con las manos sobre el corazón ensangrentado. La imagen la tengo siempre presente a pesar de los años. Pude perdonar, pero no olvidar. Ni siquiera sé quienes "escupieron" el tiro.¿Compañeros?¿Falangistas? Aquellos que días más tarde se acercaron a casa para registrarla y apuntaron a una de tus hijas cuando abrió la puerta. Lo revolvieron todo. Quizás pensaban encontrar un arsenal. Sólo encontraron la Telefunken y sin una bombilla fundamental. Con la viuda de Medina, sus hijos y nosotros, los pequeños, pasamos a casa de la maestra que vivía al lado saltando por el lavadero.
Y se tuvieron que ir sin armas. Si ni siquiera las tuvisteis para defender vuestras posiciones en A Volta da Moura...
Unos días después, creo que te enterraron en el cementerio. Años más tarde una amiga, nos dijo que los huesos los trasladaron al osario de la catedral. De todas formas nunca sabremos que fue de tus restos...No puedo decir mucho sobre tu manera de ser. Eras exigente, honrado, intransigente con las trapicherías de los altos mandos. Por eso te mandaron de Tarragona a Pontevedra. Eso me dijo tu hijo poco tiempo antes de fallecer en 2004.
Eras cumplidor de tu deber como militar que servías a la Patria, pero deseabas que se resolvieran los problemas de los pobres y se fomentase la cultura. Tus hijas empezaron el bachiller, pero todo terminó de una forma brutal. Una no dejó de lamentarlo toda su vida.
Acabaron contigo como "traidor". Traidor ¿a qué? Tu deber era defender al gobierno legalmente establecido. Así lo decía siempre tu esposa.
Pronto nos trasladamos a las Bornetas. Allí había un terreno y con el trabajo de todos, no nos faltó algo de alimento. Mamá encontró trabajo en una casa. Las Madrileñas, les llamaban.
Tus hijas mayores eran guapas y jóvenes, pero no se entregaron a la vida "llamada fácil". Encontraron trabajo en la fábrica de galletas y aún tuvieron tiempo de aprender a coser y a bordar. Desde entonces toda la ropa se la hacían ellas. Los pequeños no sé cómo recalamos en las Monjas Blancas. Cada uno en la clase que le correspondía. Nunca nos dejaron de lado, ni dijeron nada humillante o doloroso. Tanto mis hermanos como yo fuimos bien tratados y hasta nos daban de comer, pobremente pero lo suficiente. Más tarde fuimos al servicio social.
Acabada la guerra tuvimos que dejarte. No lo hicimos al momento porque a mi me explotó una bomba de las llamadas alemanas, me amputó las falanges de los dedos de la mano izquierda y me llevaron al hospital de Pontevedra. Estando allí visitamos al amigo y compañero de mi padre. Ese era el que había sido mandado a la Vuelta de A Moura para ocuparse de los detenidos, presos de guerra la mayoría, que llegaban en camiones.¡Cuántos vi yo, pasar por la Corredera! No vimos a Eugenio, pero sí a su esposa que nos recibió con la pena consabida. Al fin el día de Santiago, 25 de julio, pudimos salir para Vinaroz.
Nos alejamos de ti y de las amistades que hicieron las mayores. Las Azurmendi, las Jaso, las Gallego de Guillarey, Enriqueta, las vecinas de las Bornetas. Amistades que les duraron toda la vida, hasta algunas fueron a vernos a Vinaroz.
Otra vez los mayores buscaron trabajo. Además estaba el terreno que nos dejaste y algunos otros trocitos. Con esfuerzo todo sirvió para que no nos faltase el alimento y lo necesario en los tiempos de racionamiento.
Allí nos encontramos con la familia de mamá y la tuya. Tu madre estuvo cuidada por tu hija y tu esposa. Yo la vi poco. Pero la recuerdo en la cama ya impedida, pero siempre muy limpia.
Nadie nos reprochó nada por allí. Al contrario recuerdo que alguien me dijo: Eso fue peor que la Inquisición.
Yo volví al colegio y allí estuve hasta que en el 43 me llamaron para ir a un colegio de huérfanas de Getafe. En esos años ya nos daban una pequeña asignación a los tres, pero era muy poco. Algo más tarde también le llegó a tu esposa. Poco también, pero algo. Se lo arregló un gestor de Castellón que buscando agua buena, le indicaron nuestra casa, comprada ya por tu esposa. Había un pozo y el agua en realidad era muy buena. Hablando le contó lo sucedido y se comprometió a arreglarle los papeles para el cobro. Con eso y otras cosas, salimos adelante hasta que empezó la diáspora: bodas, colegio lejano, etc.
Al final no quedó casi nadie con mamá. Ella siempre decía que se quedaría con Nito, pero no tardó mucho en desaparecer para siempre. Yo creo que empezó a meterse en política y la cosa no salió bien. Justo esa era la época de los maquis. Claro tu no sabes de qué se trata. Gentes que se echaron al monte para defender lo que creían que era hacer justicia. Por Morella había muchos. Siempre pensé que algo había de eso. Al lado de casa vivía la tía Pepeta y sus hijos, así que mamá no quedó, totalmente sola. Tina, casada, también se quedó allí..., hasta que volvieron las que emigraron a Venezuela. Otro se fue a Brasil. No volvieron ricos pero tampoco peor.
De la carta que escribiste no tuve conocimiento hasta hace 3 ó 4 años. En ella hablas de la injusticia con la que os trataron y nombras a algunos de los culpables. Entre ellos Centeno. Años más tarde fue a Vinaroz y al enterarse de nuestra estancia allí dijo: "un buen muchacho, pero la Guerra". A los pocos días dejó el pueblo. Nito seguro que contaba conmigo para algo, pero nunca me lo dijo claramente. De todas formas a mi la política no me atrajo jamás. Y con lo que se ahora pienso que para muchos es "la carrera" para enriquecerse, porque si ellos quisieran no habría tanta necesidad. Algunos ahora descubren "cosas" o las hacen públicas, pero yo de momento desconfío de todos, porque si todos los partidos se pusieran de acuerdo esto cambiaría. Y no creas que pienso que la Iglesia resuelve algo. En todas partes hay de todo. Cristo fue un gran Hombre, pero...
No sé si hice bien en entrar religiosa. Mi hermana mayor nunca lo ha asumido. Mi madre y los otros sí. Desde luego en cuanto estuvo de mi mano nunca los abandoné. No económicamente, pero sí moralmente. Acompañaba a mamá cada fin de semana o cuando me necesitaba. Nunca olvidaré su sonrisa cuando despertó de su sueño tres días antes de fallecer.
Si alguna necesitaba ayuda y yo podía, allí estaba, sobre todo cuando iban al hospital. Recibí el último suspiro de la mayor. Acompañé al hijo mayor en el hospital y también recibí su último suspiro. Visité a Tina en su residencia. No fui al entierro porque no estaba bien de una fractura. Ahora moví los hilos para poder ayudar a la que considero mi segunda madre. Si me hubiese casado no podría haber hecho tanto.
A mi en el colegio me trataron bien. Había huérfanas de los dos bandos, pero nunca hablábamos de ello. Se nos repartió según las edades y conocimientos. Tuvimos que "tragar" muchos Cara al sol y otros cantos, pero entonces estábamos muy ignorantes de los sucesos de España. No sé si hice bien en meterme religiosa. Ya no estoy arrepentida de mi decisión, aunque quizás con más conocimiento no la hubiera tomado... Espero que lo comprendas, como también el que todos hubiésemos salido del hogar.
Tu hija mayor recordó tu encargo de los últimos días. Nuestra madre murió en su casa. Yo, aunque entonces trabajaba en una escuela pública, tuve permiso para ayudar todo lo que se pudo.
Unos familiares de víctimas de la Guerra han levantado uno monumento en vuestro recuerdo.
A pesar de todo Tui os recuerda como lo hacemos los que quedamos como testigos de aquellos trágicos tiempos.
Un abrazo "póstumo" muy fuerte.
Pilar
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