30 de nov. de 2018

OIA

PATRIMONIO

El proyecto urbanístico de Oia es un nuevo fundamentalismo      


ENCONTROS POLIORCÉTICOS /Oia     

 La Proposición No de Ley (PNL) que presentó EN MAREA hace unos días ante la Comisión de Educación y Cultura del Parlamento Gallego, por boca de Doña Ánxeles Cuña, revela en cuanto a su réplica una clara declaración de intenciones. Esgrimiendo el posible calificativo de fundamentalistas, quieren hacernos ver que la Expropiación Forzosa es algo complicado o correoso, comprobándose la incomodidad que les produce tal figura legal, posible y garantista. Se aprestaron a recordar las “responsabilidades”, “competencias” y “atribuciones” que le cabe a cada uno a la hora de ralentizar, eso sí, un proceso normalizador de auténtica preservación patrimonial. La política del “poco a poco” beneficia al propietario de una manera palmaria, como a los que directa o indirectamente apoyan esa locura.

 Es ya urgente asentar la necesidad de UN ÚNICO IMPULSO que deje atrás esas interesadas duplicidades (Diócesis de Tui-Vigo, propietario) aplicadas a este auténtico “amejoramiento” parcial; de la misma manera que va a ser posible, si mantenemos una coherencia de mínimos, delimitar la parte urbanizable de la parte preservable. Son, además, dos realidades incompatibles. En Oia, la riqueza verdadera la traerá un monasterio rehabilitado, con su envolvente sin alterar; de tal manera, que podremos afirmar sin tapujos que no va a haber casamiento entre turistificación y cultura, ni puede haberlo. La probable gentrificación que se haya de implementar nada tiene que ver con el patrimonialismo, y menos aún con un monasterio. Los modelos residenciales sobrepuestos en un paisaje cultural preexistente introducen novedades siempre perversas: Falta de Integración o de Complementariedad; Padronización y Ordinariez Funcional; Seriación y Uniformidad; Escalas, Alturas y Perfiles alterados; efecto de Implantación de nuevo cuño y de Suplantación de lo anterior y, en suma, Divorcio entre Espacio Natural y Espacio Edificado. Definitivamente, el silogismo categórico del propietario es perfectamente rechazable, es necesariamente reprobable.    

 Parafraseando a Doña Concha Fontenla San Juan, la reciprocidad entre monumento y envolvente, la necesidad de su completo conocimiento  y de una metodología específica de trabajo para ello, nos definirá la concepción del entorno monacal y lo que es su trama ambiental. La herencia antropológica y visual de un paisaje, las relaciones históricas y ambientales de cualquier monumento con ese entorno cobran su más pleno sentido justamente ante amenazas como la presente en Oia. Simultáneamente, toma cuerpo la DESVINCULACIÓN de arquitectos con preservacionistas en este tipo de acometimientos constructivos y su ya predecible antagonismo, por otra parte necesario e inevitable. Cualquiera puede ser arquitecto a día de hoy y desdecirse de compromisos patrimonialistas; no es nada difícil. Esto abunda en toda la costa gallega, es un dato adquirido. Las trayectorias separadas de prácticas urbanísticas locales y legislación preservativa eran plato de todos los días antes de que vigorase la Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985 y la necesaria redacción de los llamados Planes Especiales.  

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