14 de xan. de 2024

TUI

EN EL MONTE ALOIA, EN LA INMENSA CORDILLERA DE RECUERDOS, ENTRA OTRO CON NOSTALGIA




Manuel Vázquez de la Cruz / Tui  

 Hasta siempre Sebastián y familia. Bienvenidos al llano.  Sed muy valientes cuando os vayáis. Mucha gente sentirá vuestro adiós. 

 Ya quedamos pocos. Nos fuimos haciendo “antiguos” mientras durante años y años el sol se nos fue hundiendo detrás de la cordillera donde está nuestro monte.  

 El que fue refugio de muchos de los nuestros que allí buscaron vivir, escondite de amores, lugares de fiestas, de canciones antiguas y muy modernas. Un día escuchamos embelesados la banda sonora “Solo ante el peligro” tocada a filarmónica, y por un carreiriño de cabras, un hombre alto, mochila al hombro venía caminando y tocando. Era un hombre del común, se llamaba Angelín Herrero. 

 No estaban, aquel día, Pepe Curiña, ni Jesús Astrar, ni Pepín Pernas, ni Julio Ordóñez, ni Tito Castillo, ni Albertito, ni Álvaro Hermida, ni don Servando, ni don Basilio, ni don Gonzalo Martín, ni mi padre..., todos ellos amantes acérrimos del Aloya. 

 Estábamos mi hermano Ángel, mi primo Pepe Aros, yo y nuestros perros Choni y Tromba, que también eran de Dios, como decía mi abuelo. 

- Si quieres saber qué tiempo va hacer mañana, mira al Monte Aloia y te lo dirá con seguridad.  Si aparece nublado “corre para casa que mañá chove.  

 Me dijo un día en su gallego aportuguesado y precioso, el señor Manuel, “El Troucas”, que conocía palmo a palmo, manantial a manantial, porque le fue en ello la vida, en cada “curruncho” del monte. 

 La historia de esta gente, incluso las de aquellas mujeres que venían con enormes cargas de acículas de pino en la cabeza, se perderá. Quedarán, gracias a los Susos Vilas, Bargielas y Lanos, las otras. Las grandes y elocuentes, pero hoy yo quiero rendir homenaje a una familia: la de Sebastián y él. Escribir de él y de ellos, de sus cuadros con escritos del monte, de fotos de gente desconocida, de la piedra movediza, las fuentes... Un hombre que guardaba esas cosas en fotografías enmarcadas, nos hablaba, nos servía comida excepcional y nos alegraba la vida mientras sonreía.  

 Y en la familia que formábamos todos había hasta hoy una chica de ojos inmensos, excepcional camarera y muy “riquiña”. Lo último me lo comenta siempre una amiga poeta, pariente y plena de sensibilidad. Está también muy triste con este adiós. Y es que nos duele mucho porque perdemos mucho.

 Y Paco Comesaña decía de aquel restaurante: “Tiene la gran virtud de tratar a todos igual, sea cuál sea su condición o pensamiento”. 

 Y terminaba siempre con la frase: Manoliño, en las cosas pequeñas, en sitios pequeños, en comportamientos de las personas, también se siente la democracia, y eso sucede aquí”. 

 Hace algún tiempo yo tuve un familiar enfermo. Desde el bar del Monte Aloia, el de Sebastián, su mujer y su hijo, nunca salí sin que me regalaran un paquete de sus riquísimas filloas para mi allegado.  

 Eso no es márketing frío, calculador e interesado. Es mucho más hermoso. Es cariño, es una canción aun más bonita que la que surge en un bosque cuando el sol empieza a ponerse. Y en inglés. Porque aquel anochecer, Angelín dejó en un momento la filarmónica y cantó. 

  Y es sobre todo bondad.

 El restaurante del monte Aloia se cierra el día 15 de este mes. Mañana. 

 Es un día triste. 

 Pero su recuerdo nos queda y muchos vamos a ir a por su cuidadosamente elaborada comida en el nuevo negocio, que sin duda heredará todo lo bueno que queda en la cumbre del monte y en nuestra nostalgia de los “xantares”. 

 Nos falta otro escrito sobre la vida de Sebastián y sus amigos. Prometo escribirlo para antes de la reunión de fraternidad con su familia que será el 14 de febrero, día de los enamorados. Nuestro día de cariño al monte y las personas que durante años nos sonrieron y seguirán haciéndolo muy cerquita de donde Tui ciudad empieza. Vienen del monte que la mira.

3 comentarios:

  1. Manuel, muy bonita y llena de sensibilidad, donde fluyen hermosos recuerdos de situaciones cuajadas de personas, que dejaron una huella en tu vida, un fuerte abrazo
    Floro

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  2. Querido Manuel, hermoso artículo, lleno de sensibilidad y recuerdos, estoy totalmente contigo, hablamos de unas personas a las que queremos y de un entorno natural que está cargado de belleza y de situaciones personales imborrables, nos vemos pronto, un fuerte abrazo
    Florencio

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  3. Muy bonito artículo sobre el monte Aloia mi nieta se llama Aloia en honor a este monte besos

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