11 de set. de 2024

OPINIÓN

11-Setiembre. Reconstruir el movimiento por la República Catalana 




Lucha Internacionalista

 La constitución del Govern Illa en Catalunya cierra el ciclo abierto hace 14 años, el llamado Procés y que tuvo como punto álgido octubre del 2017, con el referéndum, la huelga general y la efímera proclamación de la República catalana. La derrota de las fuerzas que encabezaron este movimiento (JxCat, ERC y la CUP) es evidente, y las tres tienen abierto procesos internos para salir de la situación de crisis. 

 El Gobierno Illa se sustenta sobre la ley de amnistía y el pacto de legislatura con la "financiación singular". La ley de amnistía fue el resultado de un acuerdo no sólo con ERC sino también JxCat y supone cierta garantía de continuidad del Gobierno Sánchez. Por mucho que JxCat vote en contra de medidas del gobierno central, sus seis diputados no apoyarán una hipotética moción de censura impulsada por PP o Vox, que aún alejaría más el regreso de Puigdemont. Mientras, la aplicación de la ley ha permitido amnistiar a más policías y guardias civiles que independentistas juzgados. Los jueces ya habían anunciado que boicotearían la ley. 

 El segundo pilar que sostiene Isla es el acuerdo de investidura con ERC y Comuns, que no hace ninguna mención a un referéndum de autodeterminación. El acuerdo gira en torno a un nuevo -el enésimo- compromiso de mejora de la financiación autonómica para Catalunya, suficientemente ambiguo para permitir lecturas muy diversas. El acuerdo pasó por poco margen la consulta a las bases de ERC y profundizó la crisis, con el partido dividido y la convocatoria de un congreso extraordinario. 

 La aparición de Puigdemont el día de la votación no pasa de ser un golpe de efecto, de patas cortas... ¿por qué cuál es ahora la política? Ni ERC en el Gobierno ni el PSOE en Madrid tenían ningún interés en detener a Puigdemont, porque hacerlo podía disparar de nuevo las movilizaciones y amenazar con más inestabilidad tanto a la Generalitat como a la Moncloa. Les conviene más Puigdemont a Waterloo que encarcelado. ¿Pero en qué ha quedado la solemne declaración de retorno del expresidente? ¡Y no es la primera! JXC también se plantea un Congreso a finales de octubre. 

 La CUP podía ser la alternativa que necesitaba el independentismo, pero ha jugado a ser parte de un hipotético bloque independentista que dejó de existir a finales de octubre de 2017, cuando ERC y JXC abandonan la lucha por la república catalana y vuelven al autonomismo asustados por la represión, las elecciones de diciembre y la aplicación del artículo 155. Ni el Gobierno Torra ni el de Aragonès han dado ningún paso de confrontación con el estado. Como ejemplo de una CUP que no se presenta como alternativa sino como el ala izquierda de un bloque independentista inexistente tenemos el acuerdo de gobierno en el Ayuntamiento de Girona. 

 Por eso la misma CUP se ha ido hundiendo también como parte del mismo bloque responsable del abandono del 1 de octubre. Desde esa posición la CUP se descartaba por recoger la crisis de ERC y JxCat y por el contrario, también caía en el retroceso. Tampoco ha habido un giro claro hacia las luchas obreras y populares, el giro a la izquierda que era imprescindible y que le habría permitido capitalizar el retroceso de Comuns/Podem/Sumar, como sí han hecho otras opciones independentistas en Galiza o Euskal Herria. Los retrocesos continuados también han arrastrado a la CUP a un proceso de refundación interno, el proceso Garbí. 

 El Govern Illa es un proyecto estratégico de estado contra el independentismo. Aunque las fuerzas de la derecha y sectores del régimen quisieran una derrota más humillante. Y basta con ver la composición del gobierno para escenificarlo: el homófobo represor de Can Vies, Espadaler en Justicia, Olga Pané, gestora del Hospital del Mar y partidaria de la privatización en Sanidad, Cristina Farrés, directora del “periodismo constitucionalista” de Crónica Global (“odio a lo español en las aulas catalanas”, “… De los Cobos, “héroe” del 1O”), en Comunicación, con Javier Vilamayor como Secretario de Govern, quien hizo de Tarragona “plaza fuerte” del españolismo en 2018, de la mano de SCC, Tabarnia, C’s… y el espaldarazo de Jordi Sargatal en Medioambiente, aval en 2022 de los 11 proyectos de Foment del Treball de ampliación del aeropuerto, todo un garante de los macroproyectos del Govern que sólo benefician a la patronal (Ver artículo con los perfiles completos). 

 ¿Está todo cerrado? No. La gente que salió el 1 y el 3 de octubre, que estábamos a las puertas de la Ciutadella esperando la proclamación de la república catalana el 27 dispuestos a defenderla, todavía están, pese a la desmovilización y el desconcierto. Con un plan claro se reactivarían porque motivos para la construcción de la república catalana hay cada día más y porque la crisis de octubre se ha cerrado en falso. 

 No hay tregua. Necesitamos recomponer las fuerzas que nos reclamamos del 1, del 3 del 27 de octubre, para definir un plan común, que empiece por unificar la defensa de todos y todas las represaliadas. Necesitamos impulsar un plan de lucha en defensa de la enseñanza, la sanidad y los servicios sociales públicos.

 Necesitamos reconstruir el movimiento y nuevos referentes políticos. A la espera de los resultados del proceso Garbí, como en Lucha Internacionalista ya no pudimos llegar a un acuerdo en las últimas elecciones al parlamento con la CUP. Hemos seguido trabajando y esperamos un giro a la izquierda imprescindible. 

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