Sonhar sonho inmenso
Que todo é felicidade
E miseria non há
LAS PROFESIONES Y SU EJERCICIO
Manuel Vázquez de la Cruz
Vuelvo con los incendios, con los temores y con los eucaliptos.
A lo largo del ejercicio de una profesión, los que la teníamos por vocación, tuvimos momentos muy felices y que generaron enormes sueños.
José Antonio Sanz Illobre era el director de la oficina Agronómica en Pontevedra. Había llegado de su tierra, de Ávila, y muy de allí, pero era sobre todo un hombre del campo, enorme profesional y con vocación.
Yo trabajaba en una empresa catalana, Sociedad Anónima Cros, muy grande y muy familiar. También muy de aquel País.
Illobre conoció Galicia y su campo. Sus hectáreas de monte que se podían transformar en praderas. Calfensa, Cros y la Administración a la que José Antonio consiguió mover un poco, o por lo menos no entorpecer, comenzamos una labor de transformación de tojales en praderas. Empezamos en Silleda, en Siador (recuerdo a Bernardino, nuestro amigo agricultor entusiasta), y después conseguimos hacerlo en Boimorto.
Fue un momento magnífico. Nunca se me olvida cuando después de las primeras siembras llovió un poco. A los dos dias me acerqué a los campos y como al llegar a Pontevedra, Sanz Illobre me gritó y me lanzó de acera a acera, la pregunta: Manolo,¿verdean las tierras? Si verdean.
Aquello era un sueño.
Después hubo vacas. Luis Suárez, homónimo de jugadores de fútbol, se vino de Inglaterra y en su casa, donde había siempre dos vacas, llegó a haber doscientas.
Casi todos aquellos suelos que hicimos verdear ahora son eucaliptales. La alegría de haber participado en aquel trabajo queda pero muy poco palpable.
Quizás la PAC (Política Agraria Común), tuvo algo que ver, probablemente nuestros gobernantes no supieron defender ante la UE nuestra ganadería o quizás los de Galicia optaron por la eucaliptización. La influencia de los lobbys (en castellano, grupos de presión) del papel, de celulosas,…¡menuda fuerza tiene el papel!
Todo fue muy rápido y muy claro. Galicia tenía un gran jefe que siempre tenía prisa y no escuchaba a nadie. Pasaba bamboleándose, daba la mano y se iba. Tenía que dar ejemplo de dinamismo. De semejante personaje no se puede esperar que puede hacer una ordenación del territorio que tarde muchos años en realizarse. Quizás no solo a él. Y todos juntos cuando interesa tanto el poder, cuando política de hacer cosas imposibles en posibles se ha convertido en un insulto pues se hace muy difícil un gran acuerdo.
España dicen algunos que es lo único importante pero que arda no es nada. Eso no vende. Lo importante es el dicho.
Recuerdo en Santa Comba (A Coruña), donde una empresa repartió unos folletos en los que más o menos se decía que con las ayudas del gobierno de la Xunta una plantación de eucaliptos podría salir gratis.
Recuerdo eso como uno de los mayores disgustos de mi profesión.
Antes habíamos tenido otro sueño. En Galicia siempre hubo incendios y en la empresa se ensayó con notable éxito la utilización de un polímero, concretamente el polifosfato de amonio. Hicimos unos ensayos en Lalín con asistencia de autoridades forestales y políticas. Fue un éxito.
Se mandaron venir muchos litros del producto. Se depositaron en Sergude. Se determinó una fecha para probarlo a gran escala. Gobernaba Galicia Gerardo Fernández Albor que quiso asistir.
Pero…, para ese día marcado, justo ese día, a don Gerardo le salió, según nos dijeron, la posibilidad de hacer un viaje a la Argentina y, como eso le pareció muy importante, se suspendió todo. Quizás en el viaje el señor presidente con la altura del vuelo se olvidó para siempre de un producto, que yo hoy pienso que habría que recuperar.
Sabe Dios donde están los bidones que vinieron para la prueba.
El cambio climático, el calor, la falta de lluvia generarán incendios pero las victimas, las grandes superficies quemadas, los inmensos daños son por culpa de la falta de ordenación del territorio, la ausencia de ganadería, el no buscar formas de evitar propagaciones, el desbarajuste reinante en el sector forestal.
Algún día puede que el fuego llegue por las copas de los eucaliptos y entonces habrá una gran tragedia. No deberíamos permitir entonces, ni ya, que los políticos que mandan se escuden en otras causas.
Déjense de insultos, de historias pasadas, de querer poder por encima de los votos, de buscar bulos para lograr hundir al adversario y piensen en el polifosfato de amonio (a ver si aparece el que se perdió por un viaje para presumir), en iniciar la ordenación del territorio. Súbanse a un helicóptero, miren para abajo y vean el desastre que hay y la tragedia que puede venir.
Conste que debió haberse iniciado cuando gobernaba el bipartito. Ya sé que no hubiera servido de nada, los lobbys mandan, pero al menos en este escrito se mencionaría y quedaría marcado un camino.
A mis amigos de O Caurel y todos los que allí nos sentimos felices:
Adiós vista dos meus ollos
Non sei cando nos veremos.
Rosalía de Castro
¡Nunca!
El autor del escrito.
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