8M: Por una jornada de lucha de las mujeres trabajadoras
Lucha Internacionalista
En el Estado Español las mujeres somos el 54% entre las personas que perdieron el trabajo en el último tiempo -cifra mucho peor aún para las mujeres trans- la brecha salarial es de más del 20% y la de pensiones llega al 37%. Las políticas del gobierno más progresista de la historia -PSOE y UP- han rescatado a la gran empresa mediante los ERTE o haciéndonos pagar la abusiva factura de la luz a Endesa. Lejos de cumplir con sus promesas de derogación de las reformas laborales, acaban de revalidar, de la mano de Yolanda Díaz, la legislación laboral precarizadora que liquidó muchas conquistas de la clase trabajadora. Esta vez bajo la vergonzosa imagen de acuerdo entre los sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT) y la patronal. El despido libre y barato, la no recuperación de los salarios de tramitación, la temporalidad, las ETTs y la potestad empresarial por los cierres, continuarán. No es casualidad que el FMI haya aplaudido esta reforma. Por eso las trabajadoras tenemos que estar al frente de la lucha por la derogación real de las reformas laborales y hacer de este 8 de marzo una jornada de lucha y denuncia en este sentido. También contra la ley de extranjería que es la otra cara de las reformas laborales, su peor cara, que condena a miles de compañeras a la irregularidad para sacar más ganancias y dividirnos como clase. Basta de mentiras: derogación real de las reformas laborales y la ley de extranjería. ¡Regularización ya!
Con la lucha conseguimos el derecho al aborto. Pero las dificultades en el momento de ejercer este derecho son muchas, particularmente para las menores de edad o las mujeres y personas gestantes sin tarjeta sanitaria. Además, el acceso desigual a la sanidad pública por territorio lo complica todavía más. Ni en Madrid, ni en Extremadura, ni en Castilla-la Mancha, ni en Murcia, se practicaron abortos en centros públicos durante el año 2020. Y en 12 provincias no se han notificado abortos, tampoco en centros privados, durante los últimos 5 años. En Cataluña, casi la mitad de los profesionales en los centros públicos son objetores de conciencia y alrededor del 18% de las personas que deciden abortar pagan su factura yendo directamente a una clínica privada.
Además, aumenta la presencia de grupos fundamentalistas que, a escala internacional, asedian a las puertas de las clínicas a las mujeres que decidan interrumpir el embarazo. Exigimos aborto libre, gratuito, universal y una sanidad 100% pública y con perspectiva de género.
Rechazamos los intentos de cooptación e institucionalización de nuestra lucha mediante los ministerios, ayuntamientos y consejerías. Es en la calle donde las mujeres conseguimos a lo largo de la historia nuestros derechos, muy lejos de la utopía de las que nos quieren hacer creer que, por el hecho que haya más mujeres en las instituciones o para cumplir con una cuota de participación, se solucionarán nuestros problemas. Nuestra lucha no es por cargos en las instituciones o la dirección de las empresas. Ni Ayuso ni Merkel son nuestros ejemplos, ellas son responsables y reproductoras de nuestra explotación y opresión. Nuestras referencias son las kellys que luchan contra la precariedad laboral, las trabajadoras del Servicio de Atención a domicilio (SAD) que luchan contra la privatización y externalización del servicio, las trabajadoras de Betevé (televisión pública de Barcelona) que se organizan contra los despidos o las compañeras migradas que luchan por la regularización. Y también son ejemplo las mujeres que en todo el mundo se levantan por sus derechos, como lo hacen las mujeres afganas que resistieron la ocupación imperialista y ahora hacen frente a los talibanes, las palestinas que luchan contra la ocupación sionista o las colombianas que acaban de conseguir la despenalización del aborto.
Construyamos un movimiento feminista que ponga a las trabajadoras a la vanguardia de la lucha contra el capitalismo. Un movimiento independiente de los gobiernos, que elabore su plan de lucha de acuerdo con nuestras necesidades y nuestras fuerzas y no según la aritmética electoral o la extorsión reformista del mal menor. La ley de extranjería, la ley mordaza o la no derogación de las reformas laborales son las políticas que alimentan a VOX. A los fundamentalistas, reaccionarios y anti derechos se los para con decisión, contundencia y avanzando con nuestras reivindicaciones de fondo. Hay que romper con las ideologías que nos quieren imponer un rol pasivo y conciliador como mujeres. Estamos hartas, tenemos mucha rabia. Y nos sobran los motivos.
Hacemos un llamado a las organizaciones feministas, a los sindicatos alternativos, a los comités de los barrios que tuvieron un rol clave a las históricas huelgas feministas, a las asambleas de estudiantes, a convocar asambleas en los centros de trabajo, en los barrios y en las universidades para hacer del 8M otra jornada histórica de lucha en las calles. Una jornada masiva, de clase y combativa.
Los orígenes de clase del 8 de marzo
Ningún comentario:
Publicar un comentario