IV
declaración de Lucha Internacionalista
Confinamiento sí: todos los sectores no esenciales deben continuar parados
El pasado sábado 4 de
abril Pedro Sánchez anunciaba la prórroga del estado de alarma. Dice que va
para largo, y que tendrá que volverlo a ampliar más adelante, pero
contradictoriamente anuncia que volverá a poner en marcha -bajo la presión de
la patronal- los sectores productivos no esenciales a partir del día 9. El
gobierno del PSOE -Unidas Podemos
antepone una vez más los intereses patronales a la vida y salud de la gente
trabajadora.La crisis la estamos pagando trabajadores/as y
autónomos.
¿Cómo es posible que
fuera tan importante el confinamiento como para que se impusieran en tres
semanas 330.000 multas y 2.850 detenciones, en aplicación de la Ley Mordaza, si
ahora se pone en movimiento a millones de personas cada día? El gobierno
pretende identificar confinamiento y estado de alarma, pero esto no se aguanta.
Con el estado de alarma, se pone al frente de la crisis al ejército, la policía
y la Guardia Civil, con un aumento de la represión, se recentraliza, se
blanquean las fuerzas represivas y se envía el mensaje de que el foco del
problema es la persona que sale dos veces a comprar pan, o necesita pasear, o
con quien desespera porque es uno de los dos millones que trabaja en la economía
informal, y no tiene otra alternativa que salir a buscarse la vida. Y no es
casual que ha aumentado brutalmente la represión sobre todo en los barrios
obreros (Vallecas es donde se han puesto más multas). El
objetivo del estado de alarma no está al servicio del confinamiento, sino de la
militarización de las calles.
¡Basta de farsa! ¡Basta de represión!
El estado de alarma
tampoco ha servido para intervenir todos los recursos privados para ponerlos al
servicio de la lucha contra la pandemia: quedan más de 2000 camas de UCI en la
privada, según la misma patronal, con clínicas cerradas por ERTEs, mientras la
pública está saturada. Tampoco se han intervenido las pruebas que en la privada
se pueden comprar entre 300 y 500 € para ponerlas al servicio de nuestros
abuelos y abuelas. Uno de cada dos personas muertas en Madrid son abuelos/as de
residencias. Todos los recursos deben volcarse a frenar la
epidemia. El estado de alarma tampoco ha servido
para agilizar la compra de material médico, al contrario la recentralización ha
provocado quejas por la ralentización, de comunidades autónomas de colores
políticos muy diferentes.
Confinamiento:
¡sí, de todas las actividades no esenciales! Protección para todos y todas las
trabajadoras y autónomos que han de participar en las actividades esenciales.
Material de protección para centros sanitarios y residencias. Fuera la
represión de nuestros barrios, fuera la recentralización política: ¡fuera el
estado de alarma!
Y
después, ¿un nuevo Pacto de la Moncloa?
A medida que avanza el
tiempo de confinamiento y sin llegar al punto álgido de la crisis sanitaria, se
empieza a mirar al futuro, el post coronavirus. ¿Cómo volveremos a la calle?
¿Cómo estará el trabajo? ¿Cómo estarán los servicios públicos? Sánchez explica
que estamos ante la mayor crisis de nuestras vidas, y lanza la propuesta de
unos nuevos Pactos de la Moncloa. Sánchez dice que con estos pactos se evitó la
"debacle económica y social",
y concluye con la llamada a la unidad.
Pero la realidad de
aquel octubre de 1977 era que un poderoso movimiento obrero no aceptaba el
régimen monárquico heredado del franquismo y tampoco que el coste de la crisis
la pagaran los trabajadores: se vivía una situación revolucionaria. Por ello,
los Pactos de la Moncloa eran dos: uno económico para imponer una pérdida de
poder adquisitivo de toda la clase obrera y la aceptación de un 5% de despidos
libres; y el otro político para imponer el rey nombrado por Franco y negar el
derecho a la autodeterminación de los pueblos. La clave del pacto era imponer
desde los sindicatos la desmovilización y abrir la puerta a la Constitución. El
PCE y CCOO eran la referencia del movimiento obrero, por eso el pacto entre
Santiago Carrillo y Suárez fue decisivo. El PCE había demostrado al régimen que
podía imponer el silencio, incluso ahogando el grito de dolor y rabia ante la
masacre de la extrema derecha en Atocha, en enero del 77; había ganado la
legalización en abril por envolverse y legitimar la bandera franquista, todo
para poder presentarse a las elecciones de junio. En octubre había que asentar
el régimen y liquidar la respuesta obrera.
Y, 43 años después,
Sánchez e Iglesias -argumentando que "debe
ser social"- quieren otros Pactos de la Moncloa. La monarquía vuelve a
estar en cuestión: hace 40 años como heredera de Franco, hoy por la corrupción
y la impunidad insultante de la corona, porque el régimen rezuma nuevo
franquismo, y en Catalunya por la declaración de guerra del 3 de octubre del
17. Efectivamente el régimen heredero del franquismo hoy está tocado de muerte
y el PSOE y Unidas Podemos llaman a salvarlo. La crisis económica es ahora más
profunda que a finales de los 70, y las consecuencias más graves. También CCOO
y UGT se prestan a ser el apagafuegos de una rebelión obrera. Es cierto que en
los últimos años han conseguido imponer la desmovilización, pero también que
están fuertemente cuestionados. ¿Quién sería el Carrillo de hoy? Hoy los
partidos de la izquierda del sistema tampoco tienen ese ascendente para imponer
el silencio.
Si pasa la unidad -por
salvar el capitalismo y el régimen- que reclama Sánchez con unos nuevos Pactos
de la Moncloa, esperan años durísimos para los trabajadoras y trabajadores,
para los pueblos, y el gobierno necesitará -como hace 43 años- ruido de sables. Estamos a las puertas de un
enfrentamiento decisivo entre las clases. No hay regreso al pasado ni desde el
punto de vista económico ni político. Esta es la disyuntiva: o salimos de esta
situación con una terrible degradación de las condiciones de vida de las masas
y con un régimen policial o superamos la Monarquía, abrimos la libertad a los
pueblos y avanzamos hacia una salida obrera, la del socialismo. Y pocas veces
en la historia, esta disyuntiva se da en el mismo momento en casi todos los
estados del planeta: esta es una crisis internacional.
¿Y
cómo nos preparamos?
Impulsando
la máxima unidad de sindicatos, organizaciones políticas
y movimientos que denuncian la política del gobierno y se ponen al lado de la
gente trabajadora, en defensa de la sanidad y los servicios públicos contra los
recortes y las privatizaciones y contra la represión, como las plataformas por
un Plan de Choque, o la Plataforma 3 de octubre.
La lucha ya ha empezado
ahora, apoyando las expresiones de
resistencia: Tod @ s somos Guillén
gritan las enfermeras del hospital 12 de Octubre en Madrid; rechazamos el ERTE,
dice la plataforma en lucha de Alsea en hostelería; Renovación de contratos
exigen los doctorandos de las universidades catalanas a la Generalitat ... Cada
lucha debe ser nuestra y tendremos que ver cómo expresarlas también el 1º de
mayo. Como Italia, la reactivación de sectores productivos no esenciales puede
poner sobre la mesa la exigencia de la huelga. Con la denuncia de la represión,
la ley mordaza y la militarización de nuestras calles. El gobierno y la
patronal nos hablarán de reconstrucción,
del impacto económico en términos de que la clase obrera acepte una vez más
pagar la factura, una factura multimillonaria a añadir a una deuda pública que
ya supera el 1'2 billones de euros, el 95'5% del PIB. Y la lucha deberá oponer un plan de urgencia para salir de la
crisis: con el fortalecimiento de los servicios públicos, empezando por la
sanidad y los servicios sociales. Necesitamos recuperar el control de los
servicios básicos (agua, electricidad, vivienda...) con un solo objetivo: la nacionalización bajo control de los trabajadores. Porque
hay que crear puestos de trabajo públicos, defender salarios y pensiones y este
plan es incompatible con el pago de la deuda. Y, porque la deuda y la crisis es
un problema de dimensiones mundiales, y para que la salida de esta crisis la
paguen los capitalistas y no la clase obrera y los pueblos, será necesariamente
internacional. Todo el mundo es imprescindible para esta lucha.
7 de abril de 2020
Lucha Internacionalista
Documentación sobre la
crisis del coronavirus
http://luchainternacionalista.org/spip.php?mot147&lang=es(R.)

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