DOÑA BEGOÑA GÓMEZ, PUEDO EQUIVOCARME, PERO ME PARECE QUE USTED ES MAS VÍCTIMA DE ENEMIGOS DE SU ESPOSO, QUE CULPABLE
Manuel Vázquez de la Cruz
Sentado en la terraza de la cafetería del aeropuerto de Peinador, dos personas están hablando a mi lado. Nos separa la mesa y la silla del amigo que espero. Oigo, sin pretenderlo, su conversación. Hablan tan alto que mi sordera no me lo impide:
- Menuda le está montando el juez Peinado a la mujer de Sánchez.
Y el que lo dice ríe, se debe creer gracioso.
- La culpa la tiene el marido, que no debe quererla mucho porque sino dimitiría. Contesta el otro, y suelta una enorme carcajada.
Una señora que también los ha escuchado - no nos quedaba más remedio -, me sonríe con pena. Yo llevo mi copa de cerveza a la boca, miro para otro lado y me contengo. Hace pocos años les hubiera dicho algo, pero he aprendido que la mala bestia que llevan dentro algunos, ni se acalla, ni sirve de nada. Pienso que la cerveza negra que estaba tomando, que es muy negra, lo es menos que la conversación y que el sentido del humor de aquel par de hombres a los que no conocí, quizás porque no quise ver sus rostros. Y de repente me acuerdo de la revista Triunfo, y siento alegre el recuerdo. Aquella publicación semanal fue durante muchos años contraseña para los que teníamos que encontrarnos y hablar bajito. Muy bajito para que los de ellos, los de esta gentuza que utilizan a una mujer para que dimita el presidente, no mandaran detenernos. Y..., quizás tuve la suerte de que anunciaron su vuelo y se levantaron de sus asientos. Sucedió hace pocos días. Los dos estaban muy trajeados y pensé que sus risas también tenían traje. Eran los mismos de hace años. Habían cambiado la camisa pero no el traje.
De vuelta, en casa, entré en el ordenador en una red conocida. Alguien al que no conozco, ni deseo conocer, escribía tratando de ridiculizar a la flotilla que fue a Gaza, diciendo él, que no llevaba alimentos. No se sí los llevaba o no, pero sé que en el mundo despertó buenos sentimientos que parecían dormidos. El que escribía me pareció que era un saco de maldades adquiridas en las redes por los que tienen predisposición. Lo de los alimentos era solo la excusa. Siempre es así en alguna gente. Dicen una cosa que no tiene importancia para hacer daño a la buena. A veces también son solo ignorantes. Recuerdo a una señora de Ribadelouro, a la que quería mucho. Se llamaba Soledad, y cuando alguien hacía como ese caballero, ella le preguntaba:
- Fulano, ti viches o cú a coruxa?
Y seguía:
- Dicen que o ten debaixo dunha ala. Ti o que queres e meter o que dices para que se entenda o que non dices.
Por la crítica grosera, muy grosera, de este señor se me antoja que sí le ha visto el culo a la lechuza y a los miles de niños muertos en directo. Pero el horror que nos hace llorar a muchos, otros lo meten debajo de un ala y a algunos les gusta. Incluso aprovechan y hablan de cristianos que matan en otro lado para justificar que los judíos también pueden matar palestinos. Es la búsqueda de otras maldades para justificar la maldad que se ve y se siente.
Bendita sea, y ojalá lo sea más, la salida de esa flota, su enseñanza y influencia en una parte de la humanidad que la sintió muy cercana. De esa flotilla solo siento el no haber podido ir.
Sigo en la red social y leyendo. La era digital está promoviendo muchas maldades, calumnias, mentecateces... Y de aquella noche me quedo con algunas intervenciones un tanto depuradas para no aburrir al personal si me lee:
“No es una cuestión si es legal o no lo de esa señora.... Es qué no se puede tener una catedral (sic) con bachillerato. Hay qué tener un doctorado. Es un requisito indispensable!!!!”
Después sigue hablando de los EREs de Andalucía (la justicia para este tipo de gente merece todo el respeto si a ellos y a sus demonios personales les interesa) e incluso apunta que se puede decir no sé qué de Conde Pumpido, todo porque alguien había nombrado al juez Peinado como el juez de corta y pega.
Y también escribió: “Más..., da la casualidad que esa (sic) mujer... Es la única persona en España que tuvo una cátedra únicamente teniendo el bachillerato... Casualidad... No? Y del hermano... Qué no sabía ni siquiera donde estaba su oficina (...)”.
Y en la era digital cabe todo. Sea mentira, injuria o calumnia. Aquella noche me pasó un abogado la aclaración siguiente: “Gómez no es catedrática, sino directora de una cátedra extraordinaria, que es una colaboración entre la universidad y entidades externas. En este caso, entre Reale Seguros y Fundación La Caixa”.
Yo me pregunto: ¿se puede mentir como lo hace este señor sin ninguna consecuencia?
Pienso que no y estudio acciones mayores. Quizás su frustración más grande es, como los dos del aeropuerto, la de que Pedro Sánchez por no ver sufrir a su mujer no dimita. Ellos y él son buenos, pero el presidente del Gobierno de España es un mal marido porque no dimite.
Ayer escuché a Feijóo y - ¡Dios mío, qué pena! - es tal, me parece, la falta de seguridad en sí mismo que recurre incluso a acusar a Sánchez de vivir de la prostitución. A los que pierden la cabeza cualquier cosa les vale. Creo honradamente que tiene que haber entre los españoles de derechas otra gente distinta, con más sentido común y mas educación.
Ayer, también, el señor Feijóo, quizás para no ser menos que el señor de internet, dijo que la mujer de Sánchez (señora, yo que nunca he votado a su marido le tengo a usted mucha simpatía) que tenia no se si siete u ocho causas pendientes (¡que caballero es el jefe de la oposición y su sombra negra!). Hoy la audiencia de Madrid ha sentenciado que una y con jueces. Una vez más le ha dicho a Peinado, a mi entender, que ya está bien.
¿Dirá ahora el hombre de Os Peares que no se debe decir lo que dijo? No, no lo hará. Porque para reconocer lo que se dijo mal hace falta ser otro tipo de persona, pero yo no le voy a dar ánimos. Tengo amigos de derechas que no merecen este responsable.
Ningún comentario:
Publicar un comentario