La frase aquella de "yo confío en la justicia" es la mayor gilipollez que puede decirse en España actualmente. Es una lotería caer o no en manos de jueces y juezas franquistas y partidari@s del golpe de estado, ante el silencio de los colegas que se creen demócratas y solo son cómplices y cobardes.
Nieves Concostrina
Notiñas do Ferruxo
Una chica, una sonrisa, na Volta da Moura empezó una intervención diciendo:
“Aquí non vexo xente nova”.
Y dio que pensar y analizar. Los demócratas deberíamos hacer autocrítica.
Por Manuel Vázquez de la Cruz
Dice Feijóo que cuando gane las elecciones con sus medios afines que son los fanáticos que sueñan que el general de cuatro años de bachiller y tres de academia militar, que en el momento que estuvo él podía servir para embrutecerse y aprender a reprimir al pueblo, como él hizo sin piedad; repito que sueñan que va a resucitar.
Y va volver a fusilar hasta a un legionario que no quiso comer un plato de lentejas. Es lógico pensar que si vuelve el general, vuelvan los regulares, los legionarios, los anteros, laureanos, los largos, los Méndez Núñez y toda aquella tropa de asesinos del amanecer. También los que desde sus reboticas, sacristías o cuarteles señalen a los que deben morir por el bien de España, porque son personas de bien, pero bien sin de. O sea como dice Feijóo, personas bien son ellos.
Quizás ahora solo piensan en que sus Marduendas, Indas y otros que parecen mercenarios de la lucha contra los derechos de las personas, y que con ayuda de sus periódicos, muy subvencionados, vendidos a la gente bien, hagan la labor contra los gobiernos salidos de las urnas.
El señor Feijóo tiene que romper la constitución para cambiar la ley de amnistía, como que afirma quiere hacer con todo lo que hizo el gobierno progresista. El sería la ley.
Los del general rebelde, y los de Feijóo, que siempre llamaron populacho al pueblo, utilizan ahora todos sus medios para que el “populacho”, para ellos y pueblo para nosotros, les vote y ayude a llegar a una especie de fascismo con su propio voto, para después masacrarlo. Como hicieron los alemanes al votar al nazismo. Solo así podrán dejar sin efecto la amnistía de los beneficiados por ley, ahora y en el futuro.
Si Feijóo, que debería saber que con lo que promete está al mismo tiempo diciendo que va cambiar la Constitución. ¿Con un golpe de estado? No creo. Es simplemente que una vez más no sabe lo que dice. Como en él es habitual.
Pero sí podrá recortar derechos, bajar el salario mínimo, privatizar la salud hasta hacerla imposible para los trabajadores y a las capas media de la sociedad. También reescribir la historia tergiversándola y mintiendo. Mentir se le da muy bien. Dice una amiga mía que quizás él está tan acostumbrado a hacerlo que le debe suponer un enorme trabajo decir una verdad. Y por lo que parece tampoco es muy trabajador. Pero tiene una enorme tropa con el general Tellado al frente: la brigada del embrollo. Tropa seremos también nosotros si no somos capaces de decirle a Feijóo que él con sus mentiras o equivocaciones es quien tiene que marcharse, o a la playa de donde se pretende un robo al pueblo, o a Os Peares, entre Miño y Sil se puede aprender mucho viendo como se juntan las aguas. Quizás se aprenda a pensar antes de hablar.
Digámoselo en las urnas, si él motu propio no se va antes, para lograr al fin romper para siempre con un pasado de una dictadura militar y criminal, de mucha hambre y sin libertades, del miedo que da el no tener ningún derecho. De una sociedad triste y negra. Recuerdo ahora aquel 27 de septiembre de 1975, aquellos cinco chiquillos asesinados después de falsos juicios.
Después de ordenar su muerte, sólo un poco después, se fue el general, fotografiado por su yerno en su lecho de muerte, lleno de tubos para vender su foto. Digno final.
Si un familiar vende su sufrimiento es que vende también su alma. La del difunto y la suya. Entendiendo por almas, conciencias.
Murió en la cama pero por una vez parece que hubo Dios.
Acabemos de una vez la transición que dicen se hizo pero no se terminó.
Expliquemos a los jóvenes la verdad del régimen franquista que fue más sanguinario que el fascismo italiano y mató a más compatriotas que ningún otro. Y hagámoslo pronto porque, amigos, que en USA mande Trump no es ninguna coña.
Que un hombre maneje como un tendero - un mal tendero -, la política exterior de USA es un aviso de que muchos medios, ligados a “personajes” manejan a su antojo a millones de personas. Medios “gobelianos”. Goebbels, ha vuelto y con más medios.
Él, Trump, también podría escribir “Mi lucha” o quizás haga suyo el libro de Hitler.
Estos días en los que se matan impunemente miles de niños y la buena la gente llora.
Con Palestina en el corazón.
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