25 de ago. de 2018

A GUARDA

FOTOGRAFÍA

«Raíces Celtas en la Amazonía venezolana»: Un relato de altruismo humanitario


  Foto: Oscar Noya-Alarcón

 Ricardo Rodríguez Vicente / A Guarda

 Desde el pasado martes día 21 de agosto y hasta el próximo día 13 de septiembre la Sala de Exposiciones del Centro Cultural de A Guarda acoge una muestra de fotografías de la autoría del Dr. Oscar Noya-Alarcón, que lleva por título genérico «Raíces Celtas en la Amazonía venezolana».

 Salvo dos de ellas, en las que el fotógrafo hace sendos guiños a modo de homenaje al municipio y vecinos de A Guarda, de donde eran naturales su bisabuelo y abuelo paterno, Xoán Noya Gil y Oscar Noya Domínguez, respectivamente; las demás fotografías reflejan un modo de vida y de supervivencia de las poblaciones indígenas de la selva del Estado Indígena de Amazonas, uno de los veintitrés que, junto con el Distrito Capital y las Dependencias Federales, forman la República Bolivariana de Venezuela.

 En el Estado Indígena de Amazonas existe una veintena de etnias diferentes. Los Yanomamis representan el 26 por ciento de la población indígena del estado.

 Gracias a la exposición «Raíces Celtas en la Amazonía venezolana», quienes la visiten se van a encontrar con un verdadero testimonio, documentado fotográficamente, del modo de supervivencia de los Yanomamis. Son seres humanos que subsisten prácticamente como en plena Edad de Piedra. Cazadores-recolectores y cultivadores, también realizan labores de artesanía – cestería y tejidos duros - a base de hojas de diferentes tipos de palmas: moriche, cumare, seje, cucurito,...

 Viven en chozas comunales – shapono - construidas de materiales vegetales, por donde pululan los mosquitos que transmiten la oncocercosis. “Los yanomami – explica el Dr. Oscar Noya-Alcarcón - mantienen una íntima relación con la naturaleza. La conocen, la dominan, y toda su cosmovisión gira alrededor de ella”.

 El Doctor Oscar Noya-Alarcón, venezolano y español de ascendencia guardesa, es un médico parasitólogo do Centro Amazónico de Investigación y Control de Enfermedades Tropicales (CAICET) y asociado al Instituto de Medicina Tropical, trabaja desde hace 10 anos en el Programa de eliminación de oncocercosis en el foco sur de Venezuela, último reducto en el continente americano (junto con Brasil) de dicha enfermedad parasitaria que envejece la piel y deja ciegas a las personas. El grupo de trabajo de salud, asiste a más de 350 comunidades indígenas de difícil acceso en la selva, atendiendo a más de 16.000 persoas.  

  Una de las fotografías – titulada Vuelo, salto, curo - que puede verse en la exposición «Raíces Celtas en la Amazonía venezolana» tiene a su lado un texto – de Oscar Noya-Alarcón - muy esclarecedor: “Hace muchos años vivían en el territorio amazónico venezolano misioneros evangélicos extranjeros que fueron expulsados en el 2005. Ellos llegaban a esos territorios y a estas comunidades indígenas a través de vuelos con sus avionetas. Las pistas que ellos hicieron y mantenían, cayeron en el abandono tras su expulsión llenándose de monte, volviéndose inoperativas, de tal forma ante la escasez  de horas de vuelo de helicóptero que teníamos para acceder en todo este territorio hemos buscado una manera bastante extraordinaria para poder acceder, y esto se ha logrado a través del paracaidismo”.

 Ese testimonio nos da una idea de las dificultades que la selva amazónica representa para quienes trabajan en el desarrollo del Programa de eliminación de oncocercosis, por los múltiples obstáculos naturales que tienen que afrontar para acceder a las comunidades indígenas y también la distancia – unos 1.000 kilómetros – desde la población más próxima del Estado de Bolívar. “(...) Nuestro equipo itinerante de salud, vuela, navega y camina cientos de kilómetros por las verdes montañas del sur del Orinoco llegando a más de 350 comunidades. Es recibido con alegría y es despedido con nostalgia, a la espera de un pronto regreso. Pasarán algunos meses donde ocurrirán nacimientos y muertes, fiestas y guerras, pero siempre volveremos para intercambiar conocimientos y emociones”, explica el Dr. Noya-Alarcón

 En las fotografías del Dr. Oscar Noya-Alarcón los protagonistas son los niños, mujeres y hombres sanöma, uno de los cuatro subgrupos lingüisticos de los yanomamis. 

 Una de las instantáneas titulada Cupido, nos muestra un varón sanöma del Alto Caura del estado Bolívar, que finaliza su trabajo tensando su arco hecho con tronco de una palma y cuerda tejida con fibras de bejuco. “El arco y la flecha, las primeras herramientas casi tan viejas como algunas de las primeras especies de homo, aún persisten día a día entre las poblaciones amazónicas poco – o nada – transculturizadas (...)”, comenta el Dr. Noya-Alarcón.

 En la exposición también se pueden observar diversos objetos realizados por los índígenas con los cuales ha contactado el Dr. Oscar Noya-Alarcón.

 Por ello, «Raíces Celtas en la Amazonía venezolana» es mucho más que una exposición de fotografías. Es el relato de un hombre que forma parte de un equipo humano debidamente formado, que ejerce la profesión médica e investigadora sobre el terreno, sin rehuir los múltiples obstáculos de todo tipo con los que tienen que enfrentarse. Y es también, una oportunidad magnífica para acercarnos a una realidad humana y cultural que está en nuestro Planeta y que sobrevive, aunque con muchas dificultades, gracias al altruismo de quienes se acercan a ellos con ilusión y altruismo humanitario.

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