28 de set. de 2010

LABORAL

La reforma, la huelga y la sumisión



Olga Rodríguez


En el prólogo de la reforma laboral se asegura que todo se hace por el bien común, por “fortalecer los pilares de nuestro estado de bienestar” y para generar más empleo.
Pero basta con seguir leyendo para concluir que el objetivo real de la reforma es facilitar y abaratar los despidos y seguir el juego a los que más riqueza acumulan sin que importe para ello suprimir derechos laborales fundamentales.
La estrella de la reforma es sin duda el despido preventivo. A partir de ahora, si una empresa considera que sus productos dejarán de ser competitivos puede despedir a sus trabajadores o a parte de ellos sin necesidad de probar esas futuras dificultades de forma concluyente. Su excusa para despedir puede basarse tan solo en meras conjeturas.
Basta con invocar que el despido servirá para evitar problemas económicos, organizativos o productivos futuros en la empresa, lo que en realidad en ningún negocio se puede descartar, porque siempre existe la posibilidad de que en el futuro puedan surgir problemas.
La indemnización por despido procedente será de 20 días de salario por año trabajado, de los cuales ocho los subvencionará el Estado a través del Fondo de Garantía Salarial y los otros doce, la empresa.



Fuente: periodismohumano.com


Una selección de Tini Andrés

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