16 de ago. de 2023

OPINIÓN

CARTA ABIERTA        

SEÑOR FEIJÓO, HUMILDEMENTE...  



  

Manuel Vázquez de la Cruz

 Mientras usted y su derecha, que decían civilizada, se pega como una lapa a la más montaraz, la que niega el cambio climático, la violencia de género, aplaude el rescate de millonarios que bajan en submarinos a ver el Titanic y no le importa que los mares se conviertan en inmensos cementerios de gente que solo busca trabajar.  

 En el mundo pasa eso y más. Y en algunas regiones de España parece usted un mandado de Abascal, maniobrando y negando lo evidente.  

 Exactamente igual que Isabel II en su momento.    

 Y todo, me parece a mí, con su manía de poder, mientras las pequeñas lagunas se van secando, el Mar Menor se saliniza, la emblemática Doñana está desapareciendo por culpa del jefe de su partido y su partido y Vox allí; Putín manda un cohete a la luna a buscar agua y en la atmósfera sigue aumentando el CO2 sin que los habitantes del planeta sepan, porque nadie lo dice, donde está el límite de toxicidad en el que ese compuesto pueda provocar el colapso de la vida.  

 Eso nunca ha sido cosa suya.  

 La verdad es que después de tantos años al frente de la Xunta de Galicia muchos seguimos sin saber qué era cosa suya. Puede que la eucaliptización de nuestra tierra. El monocultivo de una mala planta.  

 Y ahora usted, que era muy moderadillo, porque se lo exige Vox se descarga, se enseña, habla y manda al carajo el medio ambiente, la violencia de género, la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres, la enseñanza pública y para todos, la sanidad que hace del estado una inmensa familia, la ley de la memoria y llegado el caso, recurriendo a ETA, que no existe, resucita también a los militares africanistas. Aquellos que dicen que hay que matar a millones de españoles para salvar España.     

 Ese es nuestro mundo. Nuestro puto mundo. Nunca mejor dicho lo de puto porque es el dinero el que manda, monta guerras, tira bombas y jode. Todo pagando como en los prostíbulos.  

 Y hay grandes horrores que deberían hacer llorar a la humanidad a lágrima viva pero muchos prefieren no ser humanidad.  

 Por ejemplo, en el tiempo que me ha llevado escribir estas líneas... ¿Cuántos niños han muerto de hambre? ¿A cuántos ha tenido que tirar ya sin vida por la borda de una patera sus madres? ¿Cuántos llegan sin nadie que le dé pecho a los puertos de los países que los llevaron a la miseria en su colonialismo pasado y su neocolonialismo hipócrita a sus países de origen?  

 Y de verdad que no quiero pensar en cuántos se han reído sarcásticamente al leer las pregunta, ni cuántos las tildan de demagogia, ni cuántos prefieren no pensar porque no va con ellos y no pensando no duele...  

 Por todo eso no hay lágrimas.  

 Mientras esto sucede en España usted pretende, para que sea peor, ser presidente del gobierno por encima de la Constitución y con un cinismo,  rostro y morro que le llega al suelo, pero usted no se lo pisa porque para eso tiene al señor Bentodo. A lo mejor, en lugar de morro habría que llamar a su rostro cara de mármol y al otro Maltodo y si habla peor porque en mi opinión tiene el don de decir siempre la palabra inapropiada o tergiversada para la inmensa mayoría de la gente.  

 Porque, señor Feijóo, usted y sus asesores pretenden llevar a este país a una solución extrema y casi sin salida.  Entonces quizás retomen viejos dichos y hablen de la dialéctica de los puños y las pistolas.  

 Mire usted, yo soy un hombre de campo, granjero de gallinitas enanas y de poco cerebro. Las gallinitas claro. Usted, se lo digo honradamente creo que lo tiene mayor que esos bichitos pero en ese caso debería saber que no es el Rey solo el que propone al parlamento la persona a elegir como presidente sino que es el monarca (mono de uno o una que nace como Fernando VII  o Isabel II, por poner dos ejemplos de mala memoria) y el presidente de las cortes. A lo mejor no lo sabe ni usted ni todas sus eminencias como el Bentodo.  

 O sí lo saben y entonces es mucho peor porque están forzando al rey a nombrar a alguien que el presidente de las Cortes quizás no puede ni debe aceptar.   

 ¿Es eso lo que usted quiere?  

 ¿Es esa situación, que puede ser peligrosa para derecha, izquierda, centro y alrededores, la que ustedes quieren?  

 Si es eso, en mi opinión de granjero de gallinetas enanas, usted y los suyos son un inmenso peligro para la convivencia en este país.  

 Y no le pido disculpas. De personajes de ese estilo líbrenos Dios.  

 Acuérdese de don Antonio Machado y de españolito que vienes al mundo una de las dos Españas te helará el corazón...  

 Antes le nombré a Isabel II. Ya sé que puedo nombrar a muchos reyes y reinas pero, señor, esa señora y usted actúan en política de forma casi idéntica, salvaguardando tiempos, pero no demasiado porque muchos creemos que el siglo XIX imprimió carácter (la frase es muy de ustedes) en la historia de España. Para mal, claro.  

 Ambos, Isabel y usted, mienten, ambos manipulan, ambos tergiversan y ambos quieren el poder por encima de leyes y razones, del bien para el pueblo o de la gran tragedia si es necesario.  

 Y, mire usted, en amistades peligrosas también se parecen.  

 Y, algunas veces, señor mío, todo se entremezcla entre la vida política y la privada. De eso, como usted sabe, hubo mucho en la reina de muchos hijos de muchos padres. Léase usted si quiere el libro de Isabel Burdiel sobre esa señora. Es muy largo. Le vendrá bien porque tendrá que estar en silencio y el hablar poco o nada, le beneficia mucho a usted. No hables que es peor, tan manido, le ha venido muy bien a usted     

 Usted, métaselo en la cabeza, tiene más votos en contra que a favor. Tanto de votos de la ciudadanía como de los diputados en el que usted resultó premiado por la ley electoral.  

 Y es más, me atrevo a decirle que muchos fuimos a votar contra usted.  

 Y ganamos, señor, ganamos.  

 ¿Tengo que explicárselo mejor?  

 ¿Sería necesario añadir al final del ganamos un taco?  

 Creo que sería igual. Usted seguiría en su leria de que ha ganado, aunque ponga en riesgo la convivencia de un país con maniobras obscenas como hizo Isabel II e incluso comprometa al rey. Se lo digo yo que soy republicano.  

 Pero...según me cuentan usted nunca ha dado el brazo a torcer. Ni siquiera cuando de jovencito andaba en bicicleta. 

 Las negras sombras de la juventud no se borran nunca.  

 Ella, Isabel II fue una pésima reina. Y yo creo que usted sería un presidente de gobierno de idéntico adjetivo.  

 Y, señor, el pueblo no lo ha querido, aunque se lo intentaron meter con calzador muchos medios. Si usted fuera demócrata lo aceptaría en lugar de provocar un conflicto entre el jefe de estado y el pueblo: El rey y el presidente del Congreso.  

 Lo que ustedes pretenden se aproxima mucho al nombramiento del general Primo de Rivera por Alfonso XIII.  

 Y si usted se apoya en los del señor Pujol tendrá que aprender catalán en la intimidad rápidamente y habrá convertido la política de España en una ópera bufa.  

 Ya sé que no le importa.

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