El arte del desprecio y de la risa
El factor grotesco protagoniza una exposición en la que la burla y el escarnio desbancan a la belleza
Leonardo Da Vinci ha pintado la belleza y el misterio de manera insuperable, pero también ha sabido caricaturizar como nadie la esencia de miseria humana. De sus elegantes manos, no solo salieron la Gioconda o La dama del armiño. Sus lápices también se ocuparon de mostrar grotescas caricaturas de hombres movidos por la avaricia y la maldad retratados con bocas desdentadas y mentones desbocados (Dos perfiles grotescos enfrentados, 1485-90), en una imagen que incita a sonreír y a pensar lo peor de los retratados.
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