Manuel Vázquez de la Cruz
Ayer - en el Congreso de los Diputados - sentí totalmente el esperpento y el surrealismo.
No sabría decir qué palabra emplear para que juntas las otras dos hacer una nueva. Quizás Valle Inclán la encontraría. Es muy difícil porque en el medio de aquel esperpento-surrealista apareció la hermana de Miguel Ángel que quita la facilidad de añadir o inventar palabras. Pobre chica, por la muerte de su hermano, y por prestarse a esa comedia.
Y pobre de mí si Tellado, el hombre del insulto y la mentira, pusiera a un familiar mío asesinado por ETA en una foto pegada a su barriga.
Para eso si tengo nombre pero me lo guardo.
Dios nos libre de esta mala gente que es capaz de montar un número como el de ayer para tapar su enorme vagancia. Vagos y maleantes, corruptos y mentirosos, amigos de narcos y caras de mármol, sonrisas en la boca y mala hostia en los ojos...
¡QUE PENA!
Si esta gente es alternativa de Gobierno, el esperpento-surrealista se convertirá en un horror para el pueblo. Es mala gente, vaga y sin cabeciña. El que quiso, lo vio claramente ayer.
El que no lo quiso ver es que simplemente quiere poner un vago en su vida.
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