A NACHO MARTÍNEZ
(In Memoriam)
Nacho Martínez
Cierro los ojos.
Y cuando los abro, tú ya te has ido.
Adiós de golpes y de sueños.
Ya no alzas tus pinceles.
Y tu paleta,
poderosa y sensible, te llora:
no hay, para el alma, sitio eterno.
Ni para el pájaro que bebe de la lluvia,
Ni para la flor que se deshoja entre mis dedos,
Ni para la última palabra del silencio.
La tenacidad y la paciencia, que eran tu imagen,
Saben que ahora la soledad es su sentencia.
Veo la fotografía de una botella de cristal
Jugando con un lila nazareno
y tus mejores trazos
están llorando conmigo,
¡Pena de nuestro aliento
dando forma a tu recuerdo!
Eras, como todos, esclavo del destino,
de la vida,
de la voluntad del azar
y de la tormenta en el alma;
y aguardabas con el barro,
la pintura
y la esperanza.
Eras, como nadie,
anhelo que se agranda
inundado de mil voces
con la potencia de la magia.
¿Por qué te has ido tan temprano, entonces?
Es muy duro recordar las facciones de tu cara:
es imposible contener todas las lágrimas.
Suso Cameselle Ben
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