OPINIÓN

VIRGENCITA MÍA, QUE SIGA SÁNCHEZ 

 

Manuel Vázquez de la Cruz

 Los de la familia, el sindicato y el municipio (todo de ellos y muy de ellos, claro) no pueden entender que una persona normalmente sensible, aunque sea presidente de Gobierno, sienta ganas de dejarlo todo en un país donde los jueces dan por bueno un papelucho mal escrito, sin atisbo de verdad, repugnante en sí mismo, escrito por un ex presidiario, aunque los jueces sepan de sobra que no cumple con lo ordenado. Además, ni con la legalidad y su propia conciencia...

 El escrito en cuestión es el colmo de la mierda que salió de Os Peares y está enmierdando todo el país… 

 Es lógico, natural y humano que un hombre piense que debe pensar si debe irse a su casa. Quizás muchos no sepan que la mierda que esparce día tras día, entre sonrisas fingidas en su cara de mármol, está llegando a los pequeños lugares. 

 Hace poco un señor se me acercó y me dijo: “Tenemos un gobierno de delincuentes”. 

 Tiene coña que la oposición más corrupta del mundo se atreva a decir eso. Eso, que en sí mismo es delincuencia. No conocía al señor. 

 Días después, un conocido, me gritó en plena calle: “¡¡¡Esto no es una democracia!!!”.

-  ¿Qué es una democracia?, le pregunté. 

- “¡¡¡Es trabajar!!!”. 

 Vi alrededor y los comercios estaban abiertos, la gente corría ajetreada en sus quehaceres y..., no dije nada. 

 Señor Feijóo, no me llame usted “Sanchista”, aunque lo prefería a ser un esparce mierda. Nunca he votado a Sánchez y nunca lo votaré, porque me duele la traición al Sáhara Ocidental. 

 Pero, señor de Os Peares, usted y su equipo de tellados, bendodos, hernandos, cucas rabiosa y argentinas, y sus jueces serviles con “manos sucias” además de estar enmierdando España nos pueden conducir a algo peor. 

 Honradamente creo que una oposición debe serlo de esa cualidad y de gobierno. Es decir, oponerse y proponer. 

 Usted y los suyos da la impresión que ni una cosa ni la otra hacen. 

 Y, aunque Sánchez fuera muy malo, que no lo es, y más bien su Gobierno es el mejor que ha habido en nuestra democracia; repito, aunque fuera muy malo, creo que todos los españoles podríamos estar gritando: Virgencita mía, que me quede como estoy. 

 Es que usted y su tropa...

 Dios nos libre.