PATRIMONIO
Algunos apuntes sobre la fachada de Santa María de Oia (2ª parte)
Este Monasterio establece un nexo entre instalación religiosa y puesto artillero
Fotos: José Buiza Badás
JOSÉ BUIZA BADÁS
Encuentros Poliorcéticos
La fachada y el templo están condicionados por dos grandes planos rectangulares que en planta dibujan claustro y templo anexos, por un lado, así como el Patio de los Naranjos, por otro. Este último, en forma de U y mirando hacia el Noreste, queda conformado por dos segmentos de notable desarrollo o avance longitudinal. El cierre de estas dependencias impide hacer un estudio apurado del conjunto, siendo necesaria la inmediata intervención de la Dirección Xeral do Patrimonio Cultural, sin excusas y sin ambages. Es obvio que el interés general ultrapasa otros "desvelos".
Ciñéndonos al imafronte, decir que su anchura y altura casi similares (la primera con un total de 21 metros; la segunda, pudiendo superar los 22 metros) podría dar pie a un inicial cuadro de proporciones, seguramente buscado. Aún con anexo avanzado, que introduce la perpendicularización de esa fachada; aún con dobles pilastras esquinales, se mantiene la imbricación perfecta con las tres naves del interior. Éste recoge medidas de 45 metros de longitud axial (desde los zócalos exteriores hasta el testero), 16 metros de anchura interior para las naves, así como 26 metros de su transepto.
El despiece del frontal templario es excelente. Sillería granítica en hiladas bien dispuestas que, a ojo clínico, nos permiten de hecho aplicar un "reticulado" muy exacto de patologías, especialmente de su lado izquierdo simétrico (hay 34 de éstas hasta el inicio del entablamento, de abajo a arriba). En la calle central, ya numerándolas desde el propio acornisamiento, se aprecian desgastes en la hilada séptima (entre la pilastra doble y el frontón) achacables a la meteorización física, a la haloclastia. Es la acción de la sal sobre la piedra granítica. Tal sucede igualmente en las hiladas 13 y 15, así como en la 17, 18, 19, 20 y 21 (en relación con el fuste de caja). También en la moldura cajeada de la puerta central (hilada 24). Siempre en la calle central.
De la misma forma, en la calle lateral izquierda se hace un recuento, desde el entablamento superior, de las hiladas 8, 11, 12, 13, 14, por un lado, y 23 y 24, por otro. Igualmente, en la basa vertical más a la izquierda, a la altura de los quiebros rectilíneos, se detectan desgastes pétreos. Ya en la calle lateral derecha, asoman fisuras o grietas perpendiculares al aparejo, atravesándole en siete hiladas (de la 17 a la 23). A la meteorización se le une en este conjunto monástico la capilaridad de unas paredes atestadas de humedad (efecto ascendente) y las propias precipitaciones sobre espacio descubierto (véase techo parcial desmoronado). También será de mención la acción de los agentes biológicos.
Este Monasterio, finalmente, establece un nexo entre instalación religiosa y puesto artillero. El talud aspillerado de no menos de 60 metros, con una continuación alamborada reseñable, junto al muro perpendicular al alzado sureste del templo, no son casualidades. La relación con Portugal y con los posibles efectos de aquel verdadero tributo que se llamaba la Anúduva pueden querer indicarnos la evidencia (aunque Oia no lo pagase). Se tasaban las construcciones defensivas y los intereses militares lusos en aquel ámbito, entre el recelo del poder señorial gallego, o castellano, y la aquiescencia monacal. De hecho, hubo una altura en que Oia se decantó claramente por un soberanismo portugués (1389). La ubicación costera pedía defensas y, probablemente, las plazas de Cerveira o Caminha estaban en consonancia con todo esto, habida cuenta de las posesiones del monasterio en Chamosinhos, Cerdal, Malvas o la Granja de Silva, además de las de la Estremadura portuguesa, bien más al sur. ¿Qué poliorcética posible desarrollaba Oia en relación a todo esto?
Oia es también incipiente plan jesuítico, muy posible herencia del estilo "chao" y extraña contemporaneidad con el propio barroco exhuberante. Ese jesuitismo podrá entreverse en templos como São Lourenço de Porto, Iglesia del Colegio de Santarém, São Paulo de Braga, el Colegio del Espíritu Santo de Évora, la Casa Profesa de São Roque de Lisboa; pero también la fachada del Colegio de Santiago de Compostela, la Inmaculada de Pontevedra o el Colegio Máximo de los Jesuitas de Alcalá de Henares. Se invocan aquí los trazos básicos de los frontales. Así, en cuanto a austeridad fachadista se aproxima igualmente a monasterios como Santa Maria de Acibeiro, Penamaior, Montederramo o Xunqueira de Espadanedo en sus líneas básicas e inclusivemente imaginarias (hay que focalizar fachadas sin torres anexas o retraídas, hay que hacer abstracción y centrarse en la composición estructural, al margen de escalas). Pero simultáneamente puede retrotraerse en el tiempo y compararse con los rosetones de Armenteira o San Clodio. En los monasterios de Sobrado o Monfero, ante las monumentales columnas estructuralistas o el ajedrezado recargado y bicolor, ofrece un barroco tímido y austero, muy insinuado.
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