24 de nov. de 2011

OPINIÓN

Grandioso


Por Maruja Torres



Una pulsera mágica, que ofrecía a quien la portara mejorar su fuerza, flexibilidad y equilibrio, ha resultado ser una estafa, sin que ello impida a sus promotores hacerse millonarios gracias al invento y a la credulidad de la gente. Descubierta la estafa, muchos siguen luciendo la pulsera por la sencilla razón de que no se han enterado, ni se enterarán nunca, de que sus promesas resultaron falsas. Uno cree en aquello en lo que está dispuesto a creer.

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