Balneario de Mondariz recupera la filosofía termal celta en un circuito personalizado
· Un itinerario en cuyo orden reside el equilibrio de nuestro organismo, eliminando tensiones y relajando todo el cuerpo a partir de las propiedades de las aguas mineromedicinales de la villa termal.
· Basado en las propiedades de las piedras, las aguas y la naturaleza gallega combinadas con el culto al cuerpo y salud natural.
Amalia Gallego / Mondariz Balneario
Balneario de Mondariz recupera la filosofía termal celta en un circuito personalizado. Un itinerario en cuyo orden reside el equilibrio de nuestro organismo, eliminando tensiones y relajando todo el cuerpo a partir de las propiedades de las aguas mineromedicinales de la villa termal.
Galicia es la tierra de agua y desde siempre mantiene una importante cultura termal. Unas condiciones ambientales únicas, una tierra rica en mineralización dan como fruto este verdadero fruto de la naturaleza. Agua como sinónimo de vida, como fuente y manantial de salud. Esta es la filosofía del Balneario Celta del Balneario de Mondariz: un circuito termal personalizado que es todo un tratamiento estimulante. Inspirado en la sabiduría ancestral de los habitantes del Castro de Troña, en la zona del Condado-Paradanta, y en nuestra propia corriente sanguínea, es un itinerario en cuyo orden reside el equilibrio de nuestro organismo. Elimina tensiones, relaja, vivifica...
Los celtas ya conocían y aprovecharon las diferentes aguas minerales del Balneario de Mondariz, no sólo como bebida en general, sino también como tratamientos medicinales para prepararse o recuperarse de las batallas en la zona en la que hoy está la villa termal pontevedresa y que ellos y romanos denominaban Villa Búrbida.
Ya en el año 863 a. de J.C. el príncipe Baldud había descubierto las propiedades curativas del agua y a partir de los tratados curativos nació lo que hoy es el Circuito Termal Celta del Balneario de Mondariz. El circuito termal celta incluye:
1.- Ducha efecto peeling para renovar la piel.
2.- Baño colectivo cubierto con potentes chorros de agua en la zona que acumula mayor tensión, la espalda; y la que más sufre, la zona de los pies.
Sauna celta, una cueva que recrea las “pedras fermosas” de la Galicia antigua. El tiempo que el cuerpo tarde en responder con sudoración es el mínimo que hay que permanecer.
3.- Aplicaciones de chorro a presión, un efecto de choque, provoca la reacción orgánica deseada. La piel se tersa, los músculos se hacen elásticos.
4.- Baño colectivo exterior, un baño de contrastes, frío y caliente. Inspirado en la cultura termal japonesa: cuerpo y mente en armonía.
Hora y media de tratamiento.
Este circuito se puede completar con un masaje de piedras calientes y aceites para recuperar el cuerpo y el espíritu.
Todo un tratamiento que se basa en las propiedades de las piedras, las aguas y la naturaleza gallega combinadas con la filosofía celta de culto al cuerpo y salud natural.
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