3 de ago. de 2012

OPINIÓN


La negativa internacional a comprar bonos impulsa nuevas ideas.

La deuda española abandona los mercados y cotizará en mercadillos

                                                                     

Cañada Real, chabola de MariVent. ¡Oiga señora, braga faja a 10 la docena! ¡Calcetín dejecutivo güenísimo, un euro! ¡Deuda española de calidá, regalá! ¡Que se me las quitan de las manos, oiga! Estas, entre otras lindezas, formarán el léxico de los nuevos compradores de deuda soberana española.
Para los viejos compradores masivos de deuda, el parquet, las escorts y los bocadillos de caviar con panceta de bebé en el Jockey son pasto de la historia.Llegan nuevos tiempos. [+]

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