LA PATRIA ESTÁ EN PELIGRO Y LA PATRIA ES LA LIBERTAD
Manuel Vázquez de la Cruz
Parece una anormalidad para las conciencias, incluso la de los del PP, o quizás en mayor medida, ver a estos tres individuos juntos. Repelen.
Uno culpable de muertes, muchas muertes, e inventos mentirosos para borrar sus conductas y falsedades. Otro, Registrador de la Propiedad, con el tema Reace al fondo, que quizás sea sólo una casualidad. Además de haber vaciado la caja de las pensiones y frivolizar la cultura de un presidente con un periódico deportivo debajo del brazo como un fetiche más de su colección de naderías.
El otro, que muchas veces parece muy cortito y no sabe exponer un proyecto, en manos de Tellado -pobre edificio con este tejado - y una señora que grita, a poco que la achuchen, por “el Imperio hacia Dios...” y que él proteja a Franco, Mussolini y Hitler, y les dé un lugar privilegiado en el cielo.
Señores y señoras, la patria libertad, no la de la banderita que llegó de Nápoles y prostituyó - ahí sí que va bien la palabra -, marcándola con un águila el General Franco y su tropa. “Si el animal tuviera conciencia y pudiera protestar (...)”.
Aznar, además de lo dicho, es un sinvergüenza porque si la tuviera un mínimo, sólo una poquita, hace tiempo que hubiera escondido su cara -que es como en todos en él, el espejo del alma- en cualquier sitio desconocido para todos los hombres y mujeres del mundo y los que sufrimos sus mentiras en un gobierno culpable de guerras y muertos.
Mi compañera de profesión y de corazón, que vi llorar, Pilar Manjón, si se pareciera mínimamente al acosador, creo que se llama Víctor, ese que tanto les gusta a los infames, no lo dejaría ni a sol ni a sombra y como ella cientos de padres y madres. Y en este caso no sería por dinero sino por el dolor que no cesa.
Confieso que si por culpa de aquella aventura, aquellas patas sobre la mesa, aquella guerra de la gran mentira, yo hubiera perdido a un hijo, aunque fuera de Vox o del PP no estaría en ninguna reunión con este hombre; y sin serlo de ninguno de estos partidos, simplemente por humanidad y recuerdo, tampoco sería capaz de sentir su cercanía. Me parece que ese señor, después de lo acontecido, quedó demostrado que es pura maldad y que merece, en mi opinión y como mínimo, estar en el anonimato total.
Y la condena de la gente buena al silencio.
- Señor, yo a usted ni buenos días. Solo soy una persona muy mayor a la orilla del Miño, un nadiña, decía mucho un amigo mío.
Usted es mucho por la parte que se opone a la verdad. Usted mintiendo entró en una guerra. Usted es culpable de muchos muertos. Usted tendría que esconderse”.
Pero él con su “espejo del alma” sale en fotos y se permite aconsejar. Pobres aconsejados.
- Amigos todos, Dios nos libre de la gente que por pensamiento permite que este individuo hable de gobiernos prostituidos.
A algunas personas, en todo, también en política, les vale todo; y se prostituyen por ella hasta el punto de insultar a otros con la palabra.
Y con pena también pienso que si fuera del BNG me costaría mucho, un mundo, pactar o coincidir en lo votado, con el PP que se está formando. Aunque sea por distintas razones, un partido demócrata no puede votar lo mismo que uno que se empieza a mostrar cada vez más cerca del fascismo y el golpismo.
Claro que el BNG ya lo hizo en la ley de la Reforma Laboral y, en este caso, con el PP y Vox, cuando aún parecían diferentes.
Bueno, algunos, yo al menos, vemos la política y como debe ser, desde otro ángulo. Quizás tan recto que con Vox, el PP de Aznar -que parece que es el de Feijóo- no coincidiríamos bajo ningún concepto.
Los señores de los partidos de derechas se están aproximando terriblemente - y temiblemente - al fascismo.
No dan miedo. Dan pena, porque mi patria, la libertad, y la de ellos un territorio, pueden volver a sufrir otra dictadura sangrienta y atroz. Quizás lo primero no les va a ser posible en la actualidad pero de lo segundo, si vuelven, no nos salva ni su dios.
Lo atroz sería además un horror para la parte de la gente que somos pueblo.
Y eso hay que decírselo, para que lo piensen y vuelvan a la línea de la razón. O al menos no la perdamos los que pensamos que la guerra y la mentira sí son armas de destrucción masiva. Aznar es eso.
Ojalá la derecha española sea un mucho de De Gaulle y un nada Millán Astray. España y los españoles merecemos la merecemos digna, culta y civilizada.
Esta, la del trío, no es nada de esas tres cosas, desgraciadamente.
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