El Pórtico de la Gloria hace penitencia
Un visitante fotografía las esculturas románicas del Pórtico de la Gloria en la catedral de Santiago de Compostela. / ÓSCAR CORRAL
Hubo un tiempo en que Santiago fue el fin del espacio y el fin del tiempo. Y hubo un hombre llamado Mateo que lo dejó escrito en piedra hace más de 800 años, cuando los hombres creían que el acabose estaba a la vuelta de la esquina y que la muerte biológica conducía al renacer eterno, repleto de castigos o de glorias según el currículo de cada cual.
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