18 de ago. de 2025

OPINIÓN

Duelen las personas, las plantas y los suelos




Manuel Vázquez de  la Cruz

 El señor que tenía “la costumbre de comer” y llegó tarde, no era Sánchez. 

 El otro señor que jugó con una manguera como si fuera una “pirola mientras muchas personas exponían su vida apagando un fuego, tampoco era Sánchez.

 Pienso que el señor que se agarró a la “pirola” pensando que era una manguera fue, al menos aquel día, tonto de capirote y confunde la carne con la goma. 

 Pienso que lo que está sucediendo es muy triste y las culpas y disculpas del PP, ante el desastre, son indignantes pero es lo de siempre: cadáveres de soldados de un accidente de aviación cambiados; ancianos dejados morir; muertos en riadas por lo que sea que ni se sabe; aquel maldito 11 de marzo de aquel maldito año, y la gran mentira; accidentes de metro; enfermedades que no se curan por ser caras,..., son una amargura para la gente que quiere vivir en paz y que cree en la convivencia pacífica.

 Que sostiene y piensa que la democracia es una forma de gobierno para avanzar en la dignidad de las personas y no en la creación de gentuza que quiere vivir del sistema y aparentar como sea que vale, que es listo, que tiene muchos títulos, aunque no sea verdad.

 Dicen algunos que todos son iguales. Me gustaría que alguien me explicara que tienen en común Tierno Galván y Fraga, Zapatero o Rajoy, Gerardo Iglesias y Aznar, Julio Anguita y Feijóo, Llorente y Felipe González, Ana Pontón y Ayuso, Yolanda Diaz y Cristina, la ladrona de los supermercados; y cientos de ejemplos más.

 En política, como en todo, hay buenos y malos.

 Normalmente el que dice todos son iguales, es porque es de los malos o muy malos. Quizás de los peores.

 No han leído a don Antonio Machado, pero si leen y escuchan lo que escriben y dicen Marduenda, Losantos, Inda,..., y leen lo que dicen muchos periódicos untados, y no precisamente de pasar por Untes.

 Ahora arde la tierra, el suelo, los árboles, los cereales sin recoger desde años, la maleza acumulada...

 Y alguno afirma como hace un titular de Faro de Vigo que los eucaliptos del norte no arden porque están cuidados, cosa que no es cierta, y por el viento húmedo del norte. 

 Arderán cualquier día, desgraciadamente pero no lo hacen ahora porque son suelos más ricos, con más capacidad de almacenar agua (capacidad de campo, se llama), tienen, digamos más nevera para guardar alimentos (complejo de cambio intercatiónico, se llama) y allí la humedad relativa es siempre superior y hasta ahora llueve más en verano.

 Ahora bien...¿por cuánto tiempo?

 ¿Cuánto tiempo resistirán los suelos las plantaciones de ese árbol sin deteriorarse?

 Y tiene coña que los que ven incendiarios cuando les interesa y hasta terroristas, ahora en esta parte parece que ya no los hay.

 No quiero seguir con esto. No quiero y no debo, pero algo huele mal a mi alrededor. Todo sirve para hacer creer... 

 Y ellos se olvidan de sus culpas y el de la manguera - que la cogía hace años como para mear - en una foto ridícula, mientras ardían los montes y podía morir gente trabajando; hoy protege a Mazón, sabe Dios el porqué, o que teme él del otro impresentable para defender lo indefendible...

 Dios los da, ellos se juntan y parece increíble pero tienen votos. Seguramente porque con los dineros que tenían que gastar en el bien común los gastan en pagar periódicos y en individuos de bien vivir pero sin honra ni vergüenza.

 Muchos otros nos sentimos al borde del lloro o en el lloro. Así me siento yo y muchos más que amamos la vida y distinguimos la goma de la carne, y la vida de muerte, las hojas de los árboles verdes de los quemados, el balar de las ovejas y verlas muertas, un hombre útil y bueno, de un inútil y malo, una persona que por ayudar a algo bueno no come de un imbécil que tiene que comer, porque es costumbre o tiene un reservado en el ventorro. 

 Y en el caso del gobierno-oposición, un hombre de bien está gobernando bien y aceptablemente, dicen los datos, y que gobierna con gente bien, independentistas o no. 

 El hombre de la oposición muy poca cosa, impera el no y demuestra casi todos los días que es, por decirlo de alguna manera festiva, y sin faltar, un “fala barato”, cambiante y sin propuestas, quizás no sabe a donde va ni quiere saber de dónde viene.

 Pero, como la canción, María Cristina me quiere gobernar.

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