Carta por Navidad
Manuel Vázquez de la Cruz
Me ha llegado hace minutos esta carta.
Me la envía Manuela Sabel, mi prima muy querida.
Un año más -cada vez parece acortarse en el tiempo-, llega la Navidad, se acaba otro año, y seguimos deseándonos repetitivamente Paz, Prosperidad, Salud y Vida, como si con ello quisiéramos en una especie de conjuro, hacer huir de nuestro entorno, (no siempre perfecto ni falto de emociones contradictorias), la guerra, el hambre, la peste y la muerte, anunciadas en el Apocalipsis por los Cuatro Jinetes, siempre presentes- alguno o todos- en demasiadas partes de nuestra Tierra.
Resulta imposible para la racionalidad, conociendo los Evangelios de Jesús de Nazaret (esta celebración es en su recuerdo), quedarnos cómodamente en nuestras casas calientes, disfrutando y alegrándonos con la familia, sin que el pensamiento nos acerque también a tantos millones de personas que no conocen ni saben nada más que de carencias y sufrimiento en sus complicadas vidas.
Nuestra civilización no habrá servido de nada si no logramos que, podamos todos transitar por este Paraíso llamado Tierra entre alegrías y llantos, compartiendo hermanamiento, sensibilidades y paz…
Al leer lo que escribe Manuela Sabel, mi amiga y prima, me acuerdo de la falta de humanidad de todos los que piensan - aunque no quieran algo les llegará -, de las personas que están pasando frío, miedo, y hambre en el mundo.
Y en los que todo su mundo tiene por techo un puente en Badalona.
Al alcalde de esta ciudad y a su tropa no les deseo nada bueno. Son personas llenas de ruindad.
!!!Miserables!!!

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